dijous, 11 de març del 2010

ZAPATERO ME HA DEFRAUDADO

Sí, debo reconocer que el actual Jefe del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, me ha defraudado, y mucho. Soy todavía lo bastante ingenuo para confiar en algún que otro político. Y me ha defraudado a pesar de haber tomado cuatro decisiones que yo pienso muy positivas. La primera de ella es negociar con ETA (como lo habían hecho anteriormente Felipe González y José María Aznar); se fracasó, sí, pero la culpa hay que achacarla a la banda terrorista, no al Gobierno. La segunda es haber legalizado los matrimonios homosexuales; con el avance social imparable el matrimonio ya no se define por unión de hombre y mujer, sino de dos personas. La tercera es retirar las tropas españolas de Irak, empañado este logro por el empecinamiento de mantenerlas en Afganistán. Y la cuarta decisión es haber publicado la Ley de Memoria Histórica, un pelín descafeinada pero positiva en general. Hasta ahora había habido “caballeros mutilados” los del bando franquista y “jodidos cojos” los del bando republicano. Las barbaridades y bestialidades fueron comunes en los dos bandos, pero hasta ahora solo se habían tenido en cuenta las del perdedor.

Y, ¿cómo agradeciendo y defendiendo estas decisiones me ha defraudado el señor Zapatero? Lo primero es su querencia de querer quedar bien con todos, y lo único que consigues es quedar mal con todos. Es un presidente indeciso, acomplejado, débil y parsimonioso. A veces lo comparo con otro Jefe de Gobierno del reinado de Isabel II, Martínez de la Rosa, quien en su deseo de no defraudar a nadie establecía unas leyes para contentar a todos y conseguía contrario; es lo que en política llamamos “pastel”, una obra con muchos elementos para que agrade a la totalidad de la gente, por ello el tal Martínez de la Rosa se le conocía popularmente como “Rosita la Pastelera”.

Zapatero es presidente del país de Europa donde mejor se paga a sus jugadores de fútbol y es presidente del país de Europa donde peor se paga a sus investigadores y científicos. De lo primero Zapatero tiene poca culpa, de lo segundo la tiene toda. No pierde ocasión en hacerse fotos con deportistas que cobran cantidades astronómicas y algunos de ellos, muy españoles, tienen su domicilio fiscal fuera de España. Nunca recibe a los investigadores mileuristas y que deberían ser el espejo de la sociedad, no los deportistas. La cantidad dedicada a investigación es de risa, el recorte presupuestario ha llegado a los organismos científicos, cuando deberían tener ese presupuesto mucho más elevado, muchísimo más elevado. Con los dineros que nos gastamos semanalmente en Afganistán, cuantas escuelas, institutos, mejoras universitarias, centros de investigación, hospitales y bibliotecas construiríamos. Me parece muy trágico que a una persona que se dice de izquierda se le haya de recordar que la educación, cultura y sanidad son elementos claves de una sociedad. Nada queda de aquello que tanto defendió el PSOE y su fundador Pablo Iglesias de escuela única, laica y científica. Pero claro, también el PSOE defendía la República y el laicismo. ¿Será que Pablo Iglesias y el PSOE anterior a Felipe González estaban equivocados? Por no hablar del pacifismo que tanto ha caracterizado a la izquierda española a lo largo de su historia, sabedora como se las gasta el ejército español.

Zapatero no va a tomar ninguna medida estructural para evitar otra crisis económica de la magnitud de la actual. Como tampoco va a meterle mano – yo quisiera que fuera de la manera más impúdica posible- a la banca, ni acabar con la cantidad de asesores, pelotas, técnicos y demás gente que vive del rollo de la política. Los Bono –ya no se cuantas veces se ha retirado-, los Chávez, los García Miralles y otros ya no se cuantos años hace que no se bajan de un coche oficial.

Al PSOE podemos considerarlo, a sí y todo, como un partido de izquierda, pero ello por la sencilla razón del extremismo derechista del PP, que lejos de ser un partido conservador europeo y moderno, todavía no ha roto sus lazos con el franquismo, ni con la iglesia más reaccionaria, ni con el españolismo más rancio. Si ello ocurre, y espero que Gallardón algún día lo consiga, nadie podrá decir que el PSOE es un partido de izquierda. Nadie. Y esto hace que haya un voto cautivo que vota al PSOE no por él, sino por miedo al extremismo derechista del PP.

Pienso que Zapatero cuando alcanzó el secretariado general del PSOE debería de haber pedido perdón a la sociedad española por los desajustes (que moderado estoy, utilizando este término) del gobierno de Felipe González y que yo resumo en tres: corrupción, manipulación de los medios de comunicación y terrorismo de Estado con los GAL. El gobierno de Felipe González demostró que la izquierda podía hacer las mismas trapisondas que la derecha; así cayó el aura de honradez que significaba ser de izquierda. Debería Zapatero haberse comprometido a limpiar el partido de golfos, vividores, cantamañanas y profesionales de la política –vuelvo a insistir en esto último- y evitar que pudieran ingresar en él otros de igual calaña. Debería de tener en cuenta la canallada política cometida por el PP en el Ayuntamiento de Benidorm cuando Zaplana ocupó su alcaldía gracias al voto de una tránsfuga. Ahora han sido los socialistas quienes han hecho lo mismo: un triste espectáculo; sí, han sido expulsados los concejales del PSOE del partido pero no. Que Leire Pajín, una verdadera Maripili de la política, mangonee a su antojo en la política benidormí y valenciana dice muy poco de la seriedad y de la coherencia del PSOE. Y encima tenemos dinastías políticas con ella y su madre. El PSOE, además, contribuyendo el cunerismo, ¿qué más veremos? Que duro se es con la corrupción y transfuguismo del otro y que consentidores somos con el propio. Y deseo que algún día alguien del PSOE me diga la causa de la no extradición a Bélgica en tiempos de Felipe González del criminal de guerra Leon Degrelle, el cual murió en España de vejez y plácidamente. Y luego acusando a Francia de acoger etarras.

De esperpento eso de ir a USA a rezar para que mejore la economía, como lo fue en su momento el otorgarle la medalla de Andalucía a la duquesa de Alba. Tristeza me da oír como quieren subir la edad de jubilación a los 67 años, que las pensiones se paguen a parrita de 25 años de cotización Ya hace tiempo que el PSOE debería de haber abandonado la S y la O de las siglas de su partido.

Pienso que la talla política se demuestra cuando vienen duras. Con la crisi económica – de la que a decir verdad el PSOE no tiene, ni muchísimo menos, toda la culpa- su gestión ha demostrado claramente su mediocridad, primero negando la crisis, después quitándole importancia y actualmente con contradicciones, marchas atrás y desacuerdos entre los ministros. ¡Que espectáculo! Pienso que este gobierno con su presidente está totalmente agotado y debe convocar ya elecciones generales.

Estoy muy preocupado con su gestión gubernamental, muy frustrado y muy desilusionado, pero me aterroriza la idea de que Rajoy sea su alternativa; como me aterroriza que Alarte sea la de Camps y Antonio Francés la de Jordi Sedano.

Tanto Felipe González como Zapatero han convertido un partido rojo en otro gris.